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Una frase que probablemente has escuchado decir más de una vez, de forma metafórica, es ¡Qué me parta un rayo! Pero si se piensa de forma literal es algo que nadie desearía que pasara porque estas chispas de energía tienen la capacidad de llegar a una temperatura de casi 29 mil grados centígrados, equivalentes aproximadamente a 5 veces la temperatura del sol.
Estas descargas eléctricas producidas de forma natural han sido un inconveniente para los productos electrodomésticos, donde por la fuerza del rayo terminan averiados. Ante este inconveniente, se desarrollaron los pararrayos, como una solución efectiva para proteger externamente un hogar o edificio de los impactos directos de un rayo.
Su inventor fue Benjamin Franklin, cuando en 1752 hizo volar una cometa metálica atada a una cuerda a la que anteriormente le había colocado una llave de metal donde prendía el hilo. Con este experimento se determinó que la cuerda servía como conductor de energía entre la cometa y la llave, así mismo que las nubes tenían carga eléctrica y los rayos era descargas electrostáticas.
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Un año después de este descubrimiento se inventó el primer pararrayos. La idea de Franklin ha trascendido por los siglos convirtiéndose en una medida de seguridad para los edificios y las personas, tanto que los pararrayos son parte de las medidas de seguridad entre los tratados internacionales.
Este producto es de suma importancia para el bienestar de la población, sobre todo en épocas de tempestad y lluvias, pero ¿Cómo funcionan realmente los pararrayos? Es un terminal aéreo que tiene la función de proteger las edificaciones de los posibles impactos directos de los rayos. Para que este sea efectivo debe instalarse en la parte más alta de la estructura, ya que recibirá la descarga eléctrica y la canalizará a la tierra.
Tal y como el experimento de Franklin, para que el pararrayos lleve a cabo su función necesita un elemento metálico receptor de energía. Por lo tanto estos están diseñados para tener una punta y un cuerpo metálico, conectados mediante una red conductora a un sistema de puesta a tierra de baja impedancia (inferior a 10 Ω).
Hoy en día existen 4 tipos de pararrayos que buscan reducir de mejor forma, estos son los pararrayos de barra simples, pararrayos con jaula de Faraday, pararrayos de hilos armados y pararrayos con dispositivo de cebado (PDC).
En Guatemala, Servicios Electrónicos ofrece el mejor asesoramiento e instalación de pararrayos con el objetivo de reducir percances naturales y el control de disturbios eléctricos en las zonas que desees.
Actualmente utilizan los INGESCO®PDC que dispone de un doble dispositivo de cebado (un dispositivo de anticipación del trazador ascendente, un condensador electroatmosférico y un acelerador atmosférico), sistema de aislamiento certificado por el Laboratorio de alta Tensión, una estructura de acero inoxidable y un dispositivo de cebado de acero inoxidable y poliamida.
Entre los beneficios está que no es eléctrico, por lo tanto, es tiene mayor durabilidad, no es fungible, y no necesita de fuente de alimentación externa. Es altamente resistente a la temperatura, intérprete y atmósferas corrosivas.
Contar con estos sistemas no solo te permite cuidar de todos los electrodomésticos y sistemas eléctricos de tu edificación, también reduce las posibilidades de que tú salgas ileso de las descargas eléctricas en tiempos de lluvia y tempestad.
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